La gente es así...

Ayer, me paso algo diferente en el metro. Venía como todos los días, leyendo mi diario o papando moscas, o mirando gente, o haciendo planes que después no voy a cumplir, ….bueno en algo venía, cuando el señor de enfrente empezó a caerse sobre una muchacha. Ella trató de despertarlo pensando que estaba dormido pero nada, lo miré y estaba blanco, los ojos para arriba. Ese señor viaja conmigo todos los días.
Espere un poquito, cuando casi lo tenía en la falda me levanté, le hablaba en inglés en francés y nada. Se le cayeron las cosas de las manos. Lo peor, es que parecía una película de ciencia ficción en el sentido de que parecía que sólo yo, la muchacha y un adolescente que estaba cerca lo veíamos. Nadie se movió! Nadie ni siquiera miró! No me pude contener y le dije al chico que tocara la palanca de urgencia. El flaco que estaba al lado de la palanca iba mirando para fuera, miró y siguió mirando para afuera. (el vagón venía lleno).
El señor medio que se recuperó, no del todo. En la siguiente estación, el tren para, con la alarma y viene el chofer. Hasta sentí a uno quejándose porque con la demora seguro perdía la conección con algún autobús.
Lo bajaron y se quedaron con él acostado en un banco de la estación. Seguimos. La gente seguía leyendo el diario.
No quiero que piensen que “los quebecos” ó los “canadienses” son así, deberíamos decir “el mundo” porque en realidad en el metro ó en el ómnibus es difícil escuchar francés, la mayoría de los que viajamos somos inmigrantes. Se escuchan todas las lenguas, se ve gente de todos los colores.
También me pasaba con el cochecito de bebé en las estaciones. Lo tenía que cargar sola, era muy raro que alguien se ofreciera a ayudarme. Una vez hasta un gordo joven me empujó!.
En Uruguay, recuerdo que embarazada, tenía que subir y pedir el asiento, porque muchas veces se me hacían los distraídos. En ese punto, no hemos mejorado nada con el cambio.
Ya está, hay que tener un celular por si te pasa algo para llamar a pedir ayuda.