Bueno, decididamente la cama esta “engualichada”. Me levante a las 8 porque IKEA, me queda lejos para ir a comprar la cama y volver para el mediodía. Llego, averiguo bien todo, tomo los códigos de las cosas, termino de recorrer, porque uno no puede saltearse espacios o zonas y agarro mi carrito para ir a buscar las cajas y cuando llego donde debería estar el colchón…no había más! Pregunto y van a reponer al otro día de noche. Conclusión, no podía pagar la entrega a domicilio dos días, entonces me volví otra vez sin la cama.
Llegue corriendo porque tenía que ayudar a Fabri a vender chocolates. La escuela organizo una recaudación de fondos mediante una venta de chocolates. Uno podía o no inscribirse, pero entre los vendedores van a sortear un robot teledirigido, parece que el mejor del mundo y no se que otros incentivos mas. Entonces, Fabrizzio quería participar.
* (Estoy mirando la tele y dice que mañana en Montevideo llueve y van a hacer 16 grados, por si no están bien informados, ji, ji., aparte para que no me joroben mas con eso de que: “esta precioso, esta precioso, esta divino, hermoso!” ¡Siempre fui muy celosa!)
Sigo, la caja es de tabletas Cadbury, de 24 unidades y hay que venderlas 2 por 5 dólares. Yo trate de convencer a Fabri que no era obligatorio vender porque me daba escalofríos pagar 60 dólares por la caja si no vendía nada. Entonces muy enojado me contesto que el quería participar que lo dejara intentar. Chau! ¡Me mato!.
Entonces comentando con Viviana, (la colombiana), llegamos a un arreglo, ya que ella había aceptado las cajas sin hacer las cuentas, una para cada hijo. Uno esta en 6to y el otro es compaÑero de Fabri. Quedamos que las vendíamos juntos. Le mande una carta a la maestra y acepto. Salimos el sábado tipo 2 de la tarde y en 45 minutos los niños chicos vendieron las 2 cajas. Fabrizzio me asombro. En francés le preguntaba a la gente si quería chocolate. Vendía 1 por 3 dol y 2 por 5. Nosotras los acompañábamos cerca, como esas que los mandan pedir en el semáforo, solo que en 45 minutos nos hicimos 120 dólares y como vendíamos a 3 los de 1, nos comimos 1 chocolate y todavía les sobro dos dólares a Fabri y Juan Sebastián que fueron los que vendieron ya que a Camilo el grande le daba vergüenza.
Pablo primero nos tomo el pelo por la idea de ir a vender frente al super y ahora quiere que compremos las cajas nosotros y nos quiere mandar a vender por todo Montreal.
Beso a todos.
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