Organicé llevar a la familia al desfile de la Saint-Jean.
Allá fuimos con los dos hombres más grandes rompiendo los cocos. La verdad, después los gigantes del desfile que habían promocionado y entrevistado al creador y gastado ni sé cuanto, eran peor que los de 8 de octubre. Una porquería el desfile, los carros eran los mismos del desfile de papá noel, pasaron autos de colección, (4 cachilas) y guardías de ni sé que!. Claro que yo tampoco dí el brazo a torcer tan fácil. Aplaudía, saludaba, le mostraba las cosas a Fanco, puro entusiasmo. Después la cosa seguía en un parque cercano, yo pensé que era una cuadrita y seguimos al pelotón. Eran como 7 cuadras!, cuando llegamos al parque, nos acomodamos, estaba el escenario, Fabri que estaba aburrido, Franco que se nos perdía, Pablo que giraba buscando a Franquito y la abuela recuperando el aliento. Perfumes de chorizito, cigarros espirituosos y putin(comida típica). Cuando habíamos logrado un equilibrio y había cierta tranquilidad, habíamos empezado el mate y pasa uno y le regala a Fabri una banderita. Empezó de nuevo los líos, con dos niños hay que tener dos banderitas.
Al final, empezamos a volver, de nuevo las 7 cuadras para atrás.
Después lo miramos por tv. y nos tomamos en casa el DOn Pascual, ya que en el espectáculo el vaso de cerveza salía 6 dólares.
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