Hoy tengo trabajo nuevamente. Se acuerdan que les conté que aquí no se puede andar gritando que uno quiere trabajar porque al momento te estan ofreciendo cosas. Bueno, esta vez la cosa fue peor, ni dije!!! y me estaban llamando por teléfono.
Desde que se termino el trabajo de Marketing, estaba pensando en seguir los consejos de una consejera de inmigrantes que me dijo, “pida la ayuda social y así espera tranquila el francés”. Le di una y varias vueltas a los formularios, al final los iba a llevar. Ese día cuando estaba por salir, vinieron los colombianos de arriba a charlar y tomarse un café. Son cómicos porque vienen con su taza de café y listo se instalan y charlan. Me demoraron y se mi hizo tarde. Salí, camine como media cuadra y me volví, porque era imposible ganarle al reloj. Subo y a los 5 minutos me llaman de la agencia de personal donde trabajé para Federal Express a ver si me interesaba trabajar. Dije que sí, entonces me pidió repetir las pruebas de Word, Excel y Velocidad. Fui hoy, hice todo y me propuso un trabajo, es por 3 meses. Es trabajo de oficina. A 12 la hora. 8 horas!. Me tengo que levantar como a las 6!,…ya no quiero ir.
Otra vez esta el tema si decidí bien o mal, porque ahora que me comprometí con esto capaz que me llaman para el francés y tengo que dejarlo para atrás. Capaz que era más sencillo y práctico quedarme en casa y no entreverar los tiempos. Bueno, ya esta hecho.
En casa lo que pasa es que la tostadora me chista, el jamón me saluda, el peine y las pinturas se me esconden. Para los que me conocen mucho, deje mi amado jogging en Uruguay pero me hice de otro modelito con las pescadoras que no tiene nada que envidiarle. Conclusión me convierto en un bichito y me como todo, por eso necesito actividad.
Hoy fue toda una odisea. Ayer había dejado todo pronto. Decidí que iba a ir elegante. Me puse las botas altas de gamuza. No las deje a la vista porque me sospechaba algún comentario de mi bien amado esposo referido a que era una locura, que me dejara de taquitos porque hacía frío. Y yo, como siempre, como ya lo tenía pensado las iba a llevar igual, así que decidí evitar el dialogo, aparte, porque sabía que tenía razón.
Yo llevo a Franco a la guardería. No había mirado por la ventana. Nevaba, nevaba y nevaba. Es como si lloviera muchísimo pero caen estrellitas. No hacía frío pero las veredas estaban tapadas otra vez. Es un paisaje surrealista, muy bonito, me cuesta creer que estoy en él, pero enseguida cuando me enterré, se me fue el romanticismo. No pude abrir el coche y llegar a la parada de la esquina fue todo un tema. Zinchaba con el coche, intentando no resbalar y ayudando a Franquito (aunque se me enterró de cabeza en la nieve varias veces, …igual no duele). Me tocó un ómnibus con escalones y fui tirando todo para arriba, primero el niño, después el coche y como pude me subí yo. La vereda desde la parada a la guardería estaba desaparecida. Esos 100 metros se hicieron 300. Ahí, ya tenía todos los pies mojados. En el camino a entrevistarme con la coordinadora entre nuevamente en calor, pero desde la parada hasta el edificio que tenía que ir eran como 300 metros. Listo, toda mojada. Nevaba y nevaba, y yo pensaba … si paso las pruebas, voy a tener trabajo, pero me van a faltar dedos de los pies, porque así, se me iban a congelar y me los iban a cortar. Pablo dice que la calle le hace acordar a esas películas del oeste, que muestran las calles llenas de barro, mojadas, y tiene razón. Sin embargo no lo veo como algo mugriento, pero o te llenas de nieve o te mojás.
La vuelta fue un poquito más distendida, porque ya había logrado el trabajo, pero hacía mucho rato que tenía los pies mojados. Llegando a la parada ví pasar el ómnibus. Estuve esperando y me empezaron a doler. Me dolían bastante y me prometí que era la última vez que hacía eso.
Perdimos un par de llaves, el repuesto sale $45, entonces dejamos el único juego que tenemos con Franco. Esas cosas que nos pasan a nosotros… Conclusión no podía entrar a casa tuve que seguir a buscar a Franco con la llave. Y traerlo, obvio. Bueno, esa venida fue para filmarla. Ya habían pasado las máquinas a limpiar las veredas, pero de todas maneras las rueditas del coche se trancan. Sufrí mucho. Ya los pies ni los sentía. Yo sé que mucha gente sufre más que yo, pero ..yo patine, empuje, tiré desde adelante, levanté, etc.
Más tarde me tocó (como dicen los colombianos), ir a buscar a Fabri a la escuela y dar otras vueltitas. Iba con mis botas de nieve valorando un buen calzado, porque estaba super calentita.
Bueno, Pablo esta cumpliendo al pie de la letra sus planes de que me toca trabajar a mí.
Y Fabri me dijo que va a ir a hablar a ver si puedo trabajar también de noche porque quiere que compremos auto. Es que estos hombres me quieren tanto….
Hablando de botas, encontramos las botas de Fabri en la caja de objetos perdidos del colegio. Estabamos muy contentos.
Otra cosa que nos dejo contentos fue que el 3/1 nos llamaron de la clínica del asma para coordinar una entrevista para Franco. Yo le pedí con un tal Noya porque sabía que hablaba español. La chica me dijo que no había problema pero que la cita era para avril. Podía darme cita para el 11/1 con otro médico y me ofrecía el servicio de traductor del hospital. Así, que va a ir Pablo, pero con traductor.
Les mando un beso gigante, y después les cuento cómo me fue.
Gabriela
mardi, janvier 10, 2006
S'abonner à :
Publier des commentaires (Atom)
Aucun commentaire:
Publier un commentaire