El viernes me tocó hacer de niñera. Había jornada pedagógica, no hay clase. Hubo 3 este mes. Generalmente dan la posibilidad de mandar a los niños a un paseo o a servicio de guardería por 7 dólares, donde hacen bricolage, cocinan, juegan, etc. Esta vez, vinieron los hijos de Viviana y pasamos el día en casa. Hacía bastante frío -6 grados. Primero jugaron en casa y antes de comer hicimos una expedición al supermercado. Es que había algunas partes blancas y a los niños les encanta. Increible salir con ese frío, pero bien abrigados, con guantes, y camperas es toda una aventura. Fabri, después del bendito desfile de Papá Noel, no se olvida jamás de sus guantes y bufanda. Por otro lado, estoy muy contenta de haberles comprado una linda campera. Por ahora, vemos que fue una buena compra. No se juega con el frío. Ese día a -6, tanto Fabri como yo sólo llevabamos una remera manga corta.
Fuimos al super a comprar polvo para hacer muffins y coca. Claro, hay que estar a tono, es lo que se come acá y es rico. Fabri eligió cocinar de zanahorias y Juan Sebastian de bananas. Son muy fáciles de hacer y los tuvo entretenidos como 1 hora. ALmorzar les cocine una porquería que les encanta que son unos panchos con un palito y como recubiertos de masa, fue calentarlo en el horno y el segundo plato pizza. No muy sano, pero quedaron contentos y yo también.
También hicimos un concurso de probadas. Los sentaba en fila, sacaban la lengua y les hacía probar algo y tenían que adivinar. Les dí, mostaza, salsa barbeque, ketchup, mayonesa, dulce... y en cada probada era el griterío. En medio, me conecté con Mónica, la perdida, que esta muy bien y me dejo recontenta hablar con ella.
Más tarde nos fuimos a un cumple. Lo lindo de estas nuevas reuniones es que siempre hay tema, es imposible no tener tema, con todos los datos que uno tiene para pasarse, las historias de vida distintas, contarnos detalles de nuestros países, etc. En esa reunión, eran dos parejas colombianas y dos venezolanas. A todos ya los conocíamos y estuvo muy entretenido, terminamos la reunión después que Franco hizo llorar al del cumple porque le desarmó la colección de Lego (creo, esos muñecos que se arman), entonces antes de que me lo matara, decidimos venirnos. Además, Franco ya le había echado el ojo a la colección de soldaditos de la edad media. Era mejor irnos.
Fuimos al super a comprar polvo para hacer muffins y coca. Claro, hay que estar a tono, es lo que se come acá y es rico. Fabri eligió cocinar de zanahorias y Juan Sebastian de bananas. Son muy fáciles de hacer y los tuvo entretenidos como 1 hora. ALmorzar les cocine una porquería que les encanta que son unos panchos con un palito y como recubiertos de masa, fue calentarlo en el horno y el segundo plato pizza. No muy sano, pero quedaron contentos y yo también.
También hicimos un concurso de probadas. Los sentaba en fila, sacaban la lengua y les hacía probar algo y tenían que adivinar. Les dí, mostaza, salsa barbeque, ketchup, mayonesa, dulce... y en cada probada era el griterío. En medio, me conecté con Mónica, la perdida, que esta muy bien y me dejo recontenta hablar con ella.
Más tarde nos fuimos a un cumple. Lo lindo de estas nuevas reuniones es que siempre hay tema, es imposible no tener tema, con todos los datos que uno tiene para pasarse, las historias de vida distintas, contarnos detalles de nuestros países, etc. En esa reunión, eran dos parejas colombianas y dos venezolanas. A todos ya los conocíamos y estuvo muy entretenido, terminamos la reunión después que Franco hizo llorar al del cumple porque le desarmó la colección de Lego (creo, esos muñecos que se arman), entonces antes de que me lo matara, decidimos venirnos. Además, Franco ya le había echado el ojo a la colección de soldaditos de la edad media. Era mejor irnos.
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